jueves, 27 de febrero de 2014

Vórtices

La ciudad se metió dentro del hombre. Lo perturba, lo enferma, lo transforma. La enfermedad urbana es convertirnos en fertilizante. El reloj, la respiración de los motores encendidos, el violento beso de  las campanas de la iglesia. Voces de los tacos altos y los zapatitos escolares. Silencio del descalzo. Rojo, amarillo, verde, las lineas carcelarias de la senda peatonal. El hombre maquina no se mueve, se transporta. Tiene las herramientas para desarmarse. Gira sobre si mismo como la rueda en el asfalto. No escucha, no se detiene. El eco lo envuelve mientras se fragmenta en miles de partes. Lo hace mínimo, insignificado, desafinado. Y sobrevive, mientras revientan los martillazos de una obra en construcción. Porque eso lo conoce y lo reconoce, eso es lo que lo mantiene. Sólo no se comprende y tampoco en todo. El es una partícula de polvo mas y también es parte del engranaje de la maquina infinita que las fabrica.

domingo, 23 de febrero de 2014

Transformaciones

Lentamente, la combinación de letras que forman tu nombre
dejo de ser un arma letal en mi sistema nervioso,

El universo dejo de darme respuestas
a crímenes que dejaste sin resolver.

y algo en el cielo de la mañana se veía mas opaco,
pero aprendí que el brillo a veces no deja ver con claridad.

Como un despertar con resaca
supe como te ibas, sin siquiera verte.

lunes, 17 de febrero de 2014

Tangentes

¿Cuantas de todas nuestras acciones son realmente voluntarias?

¿Cuantas veces cambiamos nuestros deseos por la palabra tangente?

Me dejo tragar por la boca de subte
y fluyo por ese intestino de tierra hueca,
como un acto reflejo, un día mas.

¿Cuanto en tiempo nos conformamos es esa calma densa y disonante?

¿Cuanta distancia hay entre los pies y la cabeza? ¿entre la cabeza y tu boca?